miércoles, 23 de septiembre de 2009

(XXX)

La boca le sangraba
Como madrugada roja
Como rosa deprimida
Como una vena a medio abrir

Su costado nadaba en la quietud pulcra de la cama

La lluvia afuera amanecía
El terciopelo inmenso siembra cristales negros finjiendo que son estrellas

Tiemblo,
vuelvo a temblar
miedoso,
prisionero de tu cuerpo,
sentenciado a tus muslos,
condenado a un sabor como de cerezas secas

tiemblo,
como madera que s eunde bajo el agua.
pescando con carnada ciega
peses solitarios
ala deriva d eun naufragio que pasa cerca.
acaricio con mis dedos su suave garganta
beso un cuello abrazado por la oscuridad que huele como a violetas
quedan pequeños fantasmas de mi saliva en la desolación de sus venas

un dolor tiembla como yo en el aire de su cama
Rasguño su mente con títeres de azulejo.
Me ahogo junto a sus ideas
(Hay olor a sombrillas recién llovidas)

Saboreo las lagrimas que exhala su torso
Bebo el sudor que sangra de sus ojos