Alcohol en las venas
Algo que busca
Algo vivo
Algo que dice su último suspiro
Alcohol que regresa
Un animal dictador
Documento viviente
Además cuando los cristales pierdan la forma sabes que voy a estar aquí
Parasito del amor no dado
Olor que entra en los tejidos inconscientes
Velero vagabundo
(Siento la brisa en voz baja)
Las puertas se abren
Entra el fantasma del mar a oxidar las cerraduras
Entra el hijo del óxido a matar manzanas
Entra el humor de la madrugada a tomarme la piel en sus brazos
Sé que hay un final
Entra el sonido del agua a mostrarme mi camino
Me aferro a la tierra
Puedo escuchar el alma de la madera
Los quejidos de las astillas
Me demoro con la poca vida que tengo en esta tierra
Serrucho oxidado
(Siento la brisa. tiene tu nombre.)
Acudo a la caricia del recuerdo…
Y no se hacer otra cosa que vivir de su agua
Puedo sentir la corriente que ronda cuando estoy pensando en ti
Cesaría me pide que te deje
Que infle mis manos como guantes
No se regresar a la realidad
No sé si nunca pude vivir en ella
Solo entiendo la metáfora de la muerte
El aroma de sus dientes extraños
La ilustración anárquica de sus paredes
¿Puedo acudir a tu mar a la hora que me de calor?
¿Puedo acudir a tu nostalgia cuando rebane la felicidad?
Mejor no
Mejor no quiero saber nada
Apretarme los ojos cuando me den ganas de llorar
Taparme de la luna cuando me dé directo en las palabras
Esconderme en las cobijas de una inocencia poética
¿Puedo acudir a tu mar cuando tenga ganas de temblar?
Entra el sonido de la niebla
El pasar tímido de una luciérnaga anestesiada
Fumo con el vapor ligero de la noche que duerme
Pena que reposa en el inconsciente
Me gustaría mirarte las olas de vez en cuando
(Bebida de tu mar callado)