lunes, 10 de enero de 2011

casi no queda nada

queda:

quedarse despierto hasta sentir que duele la cabeza
o acariciar a un monstruo muy peludo y rosado
o pensar en discos y astronautas
mirar el frio que se raspa con la niebla
o beber del polvo blanco en los senos de alguien que no voy conocer

queda:

que se vaya la noche
y nada vuelva
solo la cicatriz del sol seco rebanado por una sombra que me quiere tapar la cara

un hilo de calma que se descose
o una serpiente inflable dueña de la infancia

o una hoja oscura que juega con las olas del aire
o el lunar irrepetible que se convierte en el ultimo vagon de un recuerdo
o el lunar artificial que nunca ha de ser mio de nuevo, ni su metal ni su beso ni su nombre
o el lunar inalcanzable que no quiere desnterrarse de aqui, hinchando la tierra nostalgiosa ya casi vacia de ella

a lo mejor una madrugada que no existio,
cielo profundo
que no se deja escapar a los brazos de la piel tibia de la noche
(vacio que llega con la luz cruda del nuevo dia)

creo que ya casi no queda nada
a lo mejor me engaño

2 comentarios:

  1. O puede que quede todo: un territorio ocre y una alarma que anuncie un nuevo poema. ¿Qué más hay?

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  2. queda la certeza de oxidarse, de mirar la luz de sonreir (: ea gracias

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